Genera la confianza que necesitan tus proyectos con una dirección eficiente que garantice el éxito.
Ante la inexistencia de una solución eficiente para la gestión de campañas de co-registros, se identificó la necesidad de desarrollar una plataforma SaaS moderna y accesible a nivel global, que permitiera la gestión de campañas tanto de co-registro como de email marketing
Como PMO del proyecto, lideré la modernización de un sistema interno que operaba únicamente en local e intranet, transformándolo en una plataforma SaaS, escalable, internacional y accesible para cualquier usuario interno o externo.
La implementación de esta plataforma no solo agilizó la operativa, posibilitando el lanzamiento de campañas en tiempo real, sino que también generó una nueva línea de negocio para de la empresa.
Mi rol en este proyecto fue dual: actué como Product Owner y Project Manager. Participé en la estrategia, la definición de historias de usuario, la priorización del backlog y la comunicación con los stakeholders. Coordiné con el equipo de IT, realicé beta testing, gestioné el reporte de incidencias y detecté necesidades de negocio para asegurar que la plataforma cumpliera con los requisitos comerciales.
Gestioné la relación entre los equipos técnicos y las áreas de negocio priorizando las necesidades identificadas en el entorno comercial. Transmití al equipo técnico las características mínimas que debía tener el producto, enfocándome en el output esperado sin intervenir en cómo debían ejecutar su trabajo. Cuando surgían nuevas solicitudes desde negocio, evaluaba su impacto antes de decidir si integrarlas en futuros sprints o mantenerlas en el backlog. También solucionaba fricciones técnicas, descomponiendo historias complejas en tareas más accesibles o simplificando procesos sin alterar los objetivos de negocio.
Comenzamos identificando las necesidades clave del negocio y la lógica que debía seguir la plataforma. Esto incluyó reuniones con stakeholders para entender los flujos operativos y los desafíos que la plataforma debía resolver.
Creamos mockups y wireframes para visualizar la plataforma, tanto desde la perspectiva del usuario final, como de administradores, anunciantes y soporte técnico. Esto ayudó a alinear las expectativas visuales y funcionales desde el inicio.
Describimos las funcionalidades necesarias a través de historias de usuario, detallando cada necesidad desde diferentes perspectivas operativas. Esto permitió al equipo técnico entender el contexto de cada función antes de estimar su complejidad.
El equipo técnico estimaba el esfuerzo de cada historia de usuario. Según la complejidad y la prioridad asignada, decidíamos qué historias entraban en cada sprint. Los sprints tenían una duración de dos semanas, con entregas incrementales que añadían nuevas funcionalidades a la base ya desarrollada.
Al finalizar cada sprint, realizábamos una demo del entregable. Verificaba la compatibilidad con la versión en producción para asegurar que las nuevas funcionalidades no afectaran el funcionamiento existente. Las incidencias detectadas se documentaban y priorizaban para su resolución en sprints posteriores.
Tras 10 meses de desarrollo, la plataforma se lanzó como un MVP funcional que, desde su primer día de operación, comenzó a generar beneficios. El producto continuó evolucionando con nuevas mejoras basadas en la retroalimentación de usuarios y la experiencia operativa.
El lanzamiento de la plataforma permitió la internacionalización del producto apenas uno o dos meses después de su implementación inicial. Durante el desarrollo, comenzamos a trabajar en la traducción de los textos para facilitar su uso en diferentes mercados. Esto permitió generar nuevos ingresos en varias sedes internacionales de la compañía, consolidando un modelo de negocio que sigue vigente y operativo en la actualidad.
El impacto en la empresa fue significativo, ya que la plataforma creó una nueva fuente de ingresos y aumentó los beneficios de la compañía. Además, atrajo a nuevos soportes y clientes enfocados en este producto. A nivel interno, el proyecto sirvió para unificar metodologías de trabajo entre las distintas sedes internacionales, promoviendo una mayor colaboración entre equipos de diferentes países.
Uno de los mayores desafíos de este proyecto fue aprender a trabajar bajo metodologías Agile, ya que era la primera vez que tanto el equipo de IT como yo aplicábamos Scrum y Kanban en un proyecto de esta envergadura. Aprender a gestionar un equipo de desarrollo y manejar las expectativas de los stakeholders fue crucial para el éxito del proyecto.
Entre los aprendizajes clave, destaco la importancia de la tecnología en el negocio y cómo una solución bien diseñada puede convertirse en un motor de crecimiento. Además, aprendí a coordinar equipos multidisciplinares que no dependían directamente de mí, gestionando sus prioridades y objetivos específicos mientras mantenía el enfoque en los resultados del proyecto. Esta experiencia me permitió comprender la necesidad de adaptabilidad y comunicación efectiva en entornos complejos y cambiantes.